Thursday, January 29, 2009

A Means to an End

Hace poco la maestra A -hago caso a una cláusula de confidencialidad propuesta por la mestra B con respecto a la mención de nombres y demás datos "privados" en internet, en una clase mucho anterior al evento que ahora voy a relatar- nos decía lo inútiles que le parecían las conclusiones en una tesis. Una idea que he tenido desde mucho tiempo atrás pero cuya práctica en mi experiencia académica me ha sido censurada más de una vez. No muchas; aprendo de mis errores, o de lo que los maestros consideran errores, y finalmente lo que quiero es la calificación, no? ¿Pero hasta qué punto las conclusiones son importantes?

La cuestión es: qué se dice al final que no se haya podido decir en el transcurso? esa "carnita de la textualidad" se encuentra al final como algo que viene a validar lo que ya se ha dicho como la bendición a la misa, o la poderosa del guey muy cabrón, o el logotipo oficial con holograma que dice que tus playeras nike son de verdad nike y no mike?.. aunque la playera esté chida de todos modos y no te haya salido en un ojo de la cara como hubiera sido de haber comprado la que tenía el holograma?

Lo primero que me viene a la mente son esos cuentos de Horacio Quiroga donde pase lo que pase en el transcurso, la hora de la verdad llega con las últimas palabras que hacen que todo caiga en su lugar -un pochismo bonito pero que podría reemplazarse por "encaje en su lugar"-, esos cuentos inspirados en aquellos otros de Poe que siguen la misma dinámica al respecto. Los que pocos años después se transformarían en los cuentos de Cortázar donde todo pasa de la misma forma... and on and on and on... todo un sello literario en la conformación del cuento moderno. Pero la imagen que me viene a la mente es de Quiroga y es la del hombre que viaja por el rio en una barca, que no empieza a morir hasta que no ve a la serpiente, y después ese otro donde la sangre es un presentimiento para los padres que llegan a la casa, y no se vuelve realidad hasta que ven a los hijos retrasados matando a la "gallina" de su hermana -osea, la hermana no tenía una gallina, sino que ella es la puta "gallina" que los chicos están matando!-.

Lo segundo que me viene a la mente es también literario, y de igual forma tiene un lugar históricamente/estilísticamente/estéticamente relevante, y es el punch-line del soneto inglés -ya se que "punch-line" es en extremo simplista, pero come on!-. El final couplet que viene a redondear todo lo que se ha dicho hasta el momento, el giro de sentido cuyo efecto es al mismo tiempo estilístico y lógico. Estilístico porque contribuye por un lado al efecto que el poema se propone -lo cual se parece mucho a lo que pasa en el cuento hispanoamericano-. Lógico porque tiene el poder de transformar los versos anteriores, no radicalmente, lo cual sería muy burdo, sino sutilmente -lo que me recuerda al maestro C y su idea/advertencia de lectura: que los sonetos deben leerse como ensayos-. Embadurnar todo de algo parecido a ese "barro de irrealidad" que ya mencionaba alguna vez, una sustancia derivada del mismo compuesto, que funciona de la misma forma y que sin embargo no tiene tanto que ver con "irrealidad" como con su opuesto, la "realidad". Ese momento en que las cosas adquieren sentido, se vuelven reales, ¿sabes?

Esto nos lleva a la tercera cosa que se me viene a la mente en forma de imagen, que es la del coyote Willy cayendo al gran cañón mucho después de estar flotando, justo en el momento en que se da cuenta que no hay ningún piso bajo sus pies.

Lo cual me recuerda la cuarta -o quinta o sexta, no se cuántas llevo ya- referencia que me da la memoria. Lo que decía el maestro D acerca del momento en que el significante o cadena de significantes se interrumpe y entonces existe un movimiento hacia atrás en el significado -que él representaba con una flecha curvada que parte del final del final del significante y lo envuelve en una curva como el momento en que matcheas -me vale verga ser pocho- el o el conjunto de significantes con el significado que infieres.

El punto, el momento en que dejamos de hablar, el instante en que nuestro silencio en medio de la conversación se interpreta no como una pausa natural en el habla sino como el final, el momento de la realización -en pocho, no en español-, realization, cuando estamos autorizados a empezar a interpretar, a empezar a leer porque asumimos que el signo se ha producido al fin y ya no hay nada más que agregarle.

¿Todo este desmadre justifica entonces que escribamos conclusiones para nuestras tesis?

No. De hecho es todo lo contrario.

El final es algo imposible de evitar, el final como el momento en que dejamos de leer, de escuchar, de ver, de vivir. El final es inherente a la existencia humana -partiendo desde el último de los elementos de la enumeración anterior; característica fundamental de la vida-. Pero el final es siempre negativo, el final es siempre el resultado de "dejar de", que sin embargo, claro, conlleva un "empezar a", pero no es esto último lo que determina la experiencia del final sino la carencia. El final implica siempre perder sin importar cuánto se gane después.

Es esto lo que vuelve injustificable la conclusión en tanto que el final se concibe como completamente incidental e inevitable. No necesito escribir una conclusión para decir que ya acabé si el final es algo que ocurre por sí solo. O lo que es lo mismo: las cosas que dices en tu tesis adquieren sentido con o sin conclusión porque el final, ese final que no está en manos de quien escribe ni de quien lee, ni del contexto, ni del código, el final verdadero, que embadurna las cosas -no sutilmente como la realidad o como su prima la irrealidad, sino brutalmente, totalmente, como la muerte-, es independiente a cualquier tentativa de contenerlo, y se caga de risa de los patéticos intentos de imitarlo en forma de una puta conclusión para tu tesis.

El final nunca existe hasta que existe: las cosas no se acaban hasta que es preciso dejar de leer, hasta que hay que levantar la vista del papel porque la murte entró caminando por la puerta y hay que salir corriendo o tirarse por la ventana de un séptimo piso para que no te alcance.

¡Ja!

Última consideración: aplique esto a las experiencias interpersonales, nomás que agregue doble porción de ironía y una gotita de sangre ¡Listo!, ¡niños, a comeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeerrrr!

Escuha "A Means to an End" de los Joy Division.

2 comments:

Mauro said...

Me recuerda un poco la canción de silence de Portishead, donde el "final" se interrumpe o no?, y puede ser que el final este en la mitad de nuestro camino, pero no en el de los demás. Siempre añoramos con eternizar los momentos, y finalmente retornar al huevo de donde venimos.

Lexico said...

Y si el final solo ataca por sorpresa y es por eso que en la vida no hay conclusiones...? porque en tu tesis las conclusiones servirian para resumir todo el proceso... y quiza quien lee la tesis solo tiene tiempo de revisar las conclusiones...

Aunque bajo tu perspectiva... si todo el objeto es en si la historia y por tanto las conclusiones van inmersas en ella... quiza las conclusiones deba tenerlas el lector... y no el autor... entonces concluyo que el texto (en este caso la tesis) se convierte en un texto coral... donde interviene el autor y el lector... que es el que concluira si es bueno o malo... o_O